20 Mar Nueva CEOE, nueva estrategia de comunicación
Si el propio vicepresidente de la CEOE admite que su organización necesita reinventarse y mejorar su imagen no seremos nosotros quienes le discutamos el diagnóstico. Hace poco más de un año analizábamos precisamente el lastre que suponía para esta organización un perfil proclive a los estereotipos, en la que muchos probablemente ven una especie de lobby de poderosos magnates, antagonistas de los sufridos asalariados. Los tiempos que corren están sirviendo para repensar estructuras que creíamos inamovibles. El problema para la CEOE como admite su propio vicepresidente es que muchos empresarios no se reconocen en esta estructuras, desde los pequeños empresarios que luchan para pagarse su propio sueldo a los nuevos emprendedores que necesitan estructuras mucho más ágiles y flexibles.
La imagen de las Cámaras de Comercio es probablemente más cercana a los empresarios “de a pie”. En estos años las Cámaras han logrado una mayor conexión con muchos emprendedores a los que han “enseñado” a ser empresarios.
En este sentido los empresarios observan que la imagen de las Cámaras de Comercio, dicho esto sin una investigación seria que lo respalde, es probablemente más cercana a los empresarios “de a pie”. En estos años las Cámaras han logrado una mayor conexión con muchos emprendedores a los que han “enseñado” a ser empresarios. Su labor de asesoramiento y los servicios que ponen a disposición de las estructuras más modestas han hecho que las Cámaras rebajen el perfil elitista que es probable que muchos asocien aún con la patronal.
El nuevo posicionamiento por el que clama el vicepresidente de los empresarios requiere un análisis estratégico profundo y previo a las acciones de comunicación.
Pero la buena intención de los dirigentes de la CEOE, siempre desde el punto de vista de la imagen corporativa, puede quedarse en nada si se limitaba buscar una simple lavado de cara. El nuevo posicionamiento por el que clama el vicepresidente de los empresarios requiere un análisis estratégico profundo y previo a las acciones de comunicación. Para empezar la CEOE tendrá que definir claramente a quién quiere representar, porque hay nuevos actores en la escena socioeconómica que no se sienten empresarios (de nuevo los estereotipos) pero tampoco asalariados. Deberán comprobar si sus estructuras favorecen esa mayor representación que propugnan, y por último si la forma de elaborar su discurso debe avanzar más allá del antagonismo frente a las centrales sindicales desde la perspectiva del “patrón”. Una imagen anticuada de la que probablemente quieren desvincularse hace tiempo.
Si esa renovación profunda es la que plantean los dirigentes de la CEOE cuando hablan de reinventarse les auguramos muchos éxitos en la nueva imagen que quieren trasladar a la opinión pública. Si se trata de una justificación para absorber las Cámaras de Comercio y anclarse en viejos discursos es probable que solo consigan un puñado de campañas de imagen superficiales.