15 Oct La nueva Formación Profesional y su comunicación estratégica
EL POST EN 3 CLAVES
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Una nueva y modernizada Formación Profesional está llegando de la mano del reciente plan estratégico anunciado por el Gobierno de España.
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Es una gran noticia que los centros de FP públicos y concertados sean conscientes del valor de la comunicación como factor de desarrollo estratégico, de cara al imprescindible reposicionamiento de este modelo formativo.
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No se pueden repetir errores del pasado que acabaron denostando socialmente la FP, precisamente por no considerar la importancia de la comunicación más allá del marketing o la publicidad, de cara a visibilizar adecuadamente todo lo que podía ofrecer.
El pasado 22 de julio el presidente del Gobierno Pedro Sánchez anunciaba la puesta en marcha de un nuevo plan estratégico dirigido a modernizar la Formación Profesional o FP en España. Dotado con una ficha financiera de casi 1.500 millones de euros, el objetivo es redefinir el modelo para adaptarlo a un nuevo contexto mucho más dinámico, colaborativo, digital e innovador, y que anuncia grandes oportunidades en lo que a cualificación profesional técnica y empleabilidad, entre otros, se refiere.
Lo cierto es que personalmente no me pilló del todo por sorpresa, en diciembre de 2019 recibía un mail que me generó curiosidad y agrado a partes iguales, era de una organización denominada FPEmpresa, la principal asociación de representación de centros de Formación Profesional públicos y concertados de España. En él, solicitaban mi participación como especialista en comunicación estratégica para impartir una ponencia en su congreso anual, que en esta edición se celebraría en Las Palmas de Gran Canaria y que además tenía como lema una explícita llamada a la acción “FP, Cuéntalo”.
Por distintos motivos aquello fue música para mis oídos; primero porque venía a reflejar el interés de estos centros en dotarse de recursos de comunicación y eso desde mi punto de vista no es tan usual en el sistema educativo y formativo actual de nuestro país, quizás el sector empresarial privado ha entendido antes el papel que la comunicación puede jugar en el desarrollo estratégico y de construcción reputacional de las organizaciones, más allá de las tácticas de marketing o de campañas de publicidad orientadas específicamente a la comercialización de los servicios, y en este sentido aparecen iniciativas de divulgación o de incentivo a la colaboración como DescubreLaFP o DualizaBankia y otras. Y segundo porque se trataba de la FP, un modelo educativo donde tuve la oportunidad de desarrollar parte de mi formación y que habiéndome aportado muchísimas cosas imprescindibles para mi posterior desarrollo profesional, considero que ha sido injustamente estigmatizada por los prejuicios sociales, precisamente porque nadie, parece ser que hasta ahora, se preocupó de contarlo adecuadamente.
Lamentablemente, la cansina Covid-19 acabó impidiendo la celebración de este congreso pero me dejó claro el camino que los centros de FP quieren recorrer, donde sorpresivamente tienen muy en cuenta el valor de intangibles como la comunicación, de cara a conseguir ese imprescindible reposicionamiento reputacional del modelo. Y he de reconocer que este hecho me ilusiona especialmente desde entonces.
Dicho esto y tras el anuncio de este nuevo plan, desde mi punto de vista, el proceso pasa por implantar una estrategia de comunicación que logre los siguientes objetivos:
- En primer lugar que defina un reposicionamiento para la nueva FP, que responda a la pregunta ¿cómo queremos que sea percibida la nueva FP? Bajo esa máxima de la comunicación que expone que “una marca no es lo que dice ser, si no lo que los demás opinan de ella”. Fundamentando este reposicionamiento en atributos que den respuesta a un contexto social y empresarial que demanda y necesita un nuevo modelo de formación técnica, y que como todo está además inmerso en un proceso de transformación del que conocemos el origen pero no el destino, consecuencia de factores de cambio tan importantes como la digitalización, la sostenibilidad, o la brecha intergeneracional entre otros, y que vienen dibujando en el horizonte un nuevo ciclo económico que algunos ya hasta le ponen nombre “La Era del Desorden”.
- En segundo lugar que identifique adecuadamente a sus grupos de interés para integrar sus expectativas en esta acción comunicacional y en la propia estrategia, para entender qué necesitan de esta nueva FP y qué espera este nuevo modelo formativo de ellos, para en la medida de lo posible dar respuesta a esas necesidades mutuas. Actuando prioritariamente ante los grupos de interés internos (gestores, docentes, alumnos, empresas, investigadores…) y posteriormente externos (familias, sociedad, medios de comunicación…etc)
- En tercer lugar apostar por implantar una identidad conceptual y visual de marca única, buscando una fórmula que permita hacerlo compatible con el sistema de competencias autonómicas, porque lo contrario, es decir contar con 17 marcas de FP, hará un flaco favor a la credibilidad y la reputación del nuevo modelo de Formación Profesional.
- Cuarto, implantar una hoja de ruta, un plan de comunicación que defina objetivos, mensajes, destinatarios, acciones, plazos…, y que esté dotado de los recursos suficientes para visibilizar que el propósito de la nueva marca FP se transforma de manera real en hechos, es decir que permita decir lo que se hace pero sobre todo visibilizar que se hace lo que se dice y por tanto inicie esa tan necesaria dignificación de una nueva Formación Profesional.
En conclusión, es muy ilusionante ver como se inicia tan importante proceso de transformación de la Formación Profesional en España, pero de no aprovechar la visión que los centros de FP ya están demostrando y considerar incorporar a esta reformulación la profesionalización de la gestión de la comunicación y la implantación de una ambiciosa estrategia de reposicionamiento de marca común ante los distintos grupos de interés, podremos asistir de nuevo a una oportunidad fallida para conseguir ese objetivo de otorgar a la FP la credibilidad y la reputación que se merece.
Manuel de la Hoz. Socio director de Woll Consultores