31 May La crisis (comunicativa) del pepino
No es solo el pepino. La repercusión de las sospechas alemanas sobre el pepino español se extienden al resto de productos hortofrutícolas de nuestro país que se ven afectados también por la pérdida de confianza de los consumidores europeos.No es solo Alemania. El pánico no sabe de fronteras, así que las puertas se van cerrando para nuestros productos en media Europa. No es Málaga o la empresa Frunet. La desconfianza engloba a toda la geografía española e incluso los productores canarios han tenido que salir a la palestra ante la amenaza que supone esta crisis para sus productos. En última instancia es incluso la marca-país “España” y todo lo que representa la que puede resultar dañada por una onda expansiva tan injusta como dañina.
Estamos ante una crisis en toda regla y los efectos que tenga para la imagen corporativa de la empresa en particular y los productos españoles en general van a depender en buena medida de la gestión comunicativa que se haga a partir de ahora. La empresa sobre la que recaen las , por otra parte precipitadas, acusaciones alemanas ya ha contratado los servicios de una consultoría especialista en comunicación de crisis. Brunswick es la empresa consultora que asesoró a BP durante la crisis del derrame de petróleo en el golfo de México. Los directivos de Frunet saben que se juegan uno de los activos más importantes de su empresa: su reputación. Sin ella, y la credibilidad que avale sus productos, ni sus enormes invernaderos ni su inmensa maquinaria importa más que el producto que exporta: un pepino
Al margen de la peor noticia sobre este asunto, que es sin duda la muerte de catorce personas cuando estamos escribiendo esto, el principal problema de esta crisis será la coordinación de estrategias entre todas las partes afectadas: Empresa, Agricultores, Gobierno, por decirlo de una forma esquemática. Sería imprescindible que los movimientos de cada uno respondieran a una estrategia común con un sólo fin: recuperar la confianza.
El problema principal en este sentido es que la eclosión de la crisis de confianza aún no ha terminado y su evolución depende de que se confirmen las sospechas sobre los pepinos españoles o no. Dos escenarios distintos que requerirán también estrategias diferentes. En el primero la fase de eclosión de la crisis podría prolongarse aún más. En el segundo ya se podría trabajar en recuperar la imagen de los productos que ,sea cual sea el resultado, quedarán como sospechosos en la mente de los consumidores europeos. Hasta que se dé uno de esos dos escenarios sólo queda trabajar en el control inmediato de daños, disminuyendo en lo posible los vacíos comunicativos y contrarrestar los rumores, para tratar de recuperar la iniciativa informativa, algo dificilísimo en esta fase. El daño en todo caso, ya está hecho. Y donde más duele.