05 Jul II Ágora de la Comunicación. Conclusiones
La comunicación no es el salvavidas de una mala gestión. La frase es de Juan Manuel Cendoya, director general de Comunicación, Marketing Corporativo y Estudios de Banco Santander, uno de los participantes en el II Ágora de la Comunicación, el encuentro anual que celebran en Madrid los profesionales de la comunicación y al que asistió Woll. Frases como esta se han podido escuchar en una sesión de trabajo marcada por la idea de cómo se “mueve” la comunicación en medio de la actual crisis, sus valores, las nuevas tecnologías, o la coordinación entre todos los estamentos que conforman una organización o una empresa para hacer llegar bien al público las ideas o los productos que se quieren vender. Y como una cosa lleva a la otra, se ha hablado también del papel de los dircom –no en vano ha sido organizada por la Asociación de Directivos de la Comunicación-, y su presencia destacada para materializar esa idea de hacer llegar los mensajes con claridad.
En Woll creemos en la necesidad de que quienes son responsables en entidades públicas o privadas entiendan la importancia de comunicar adecuadamente. Algo en lo que también creen los distintos sectores que han asistido a las mesas de trabajo de este II Ágora: las empresas de comunicación, las empresas sanitarias, la banca, los analistas políticos, los expertos en redes sociales o los que se dedican a la creación y gestión de marcas.
Muchos han visto en este Ágora la oportunidad de recordar una vez más que cualquier trabajo relacionado con la comunicación exige de un amplio conocimiento del mercado al que va dirigido, de la necesidad de una buena coordinación entre áreas para que en el caso de una empresa, por ejemplo, todos los departamentos estén al tanto de la estrategia que esté siguiendo la compañía. Una buena comunicación tiene que llegar a los empleados (de nuevo Juan Manuel Cendoya) y a los accionistas, pero también a los líderes de opinión, es decir, a los medios, y por último, a sus clientes. Resumiendo: es fundamental una buena planificación de la comunicación interna para garantizar el éxito de la comunicación externa.
En este II Ágora de la Comunicación se han contado experiencias personales de responsables y también ha tenido cabida el análisis de las últimas elecciones celebradas en el Reino Unido. Pero antes, Jordi Segarra, con una práctica amplia en asesoramiento a políticos y en campañas electorales (la última, colaborando en la de Barack Obama), ponía el dedo en la llaga de lo mal que a su juicio comunican los políticos españoles, porque confían mucho en la improvisación y no dedican tiempo a investigar qué quieren hacer en su campaña, cómo lo quieren hacer y, finalmente, hacerlo. Igualmente defendía la necesidad de no hacer sólo una campaña técnicamente buena sino también emocional. Tendencia que adelantábamos en las conclusiones aportadas en las jornadas de comunicación política ACOP 2010 a las que asistimos hace un par de semanas.
Pero esas dificultades no son sólo de los políticos. También se enfrentan a ellas las empresas farmacéuticas. Juan Blanco, director de Comunicación de Bayer HealthCare y presidente de la Asociación de Comunicadores de la Industria Farmacéutica (ACOIF); Irene Tato, socia directora de SC Salud y Comunicación, y Francisco Javier Fernández Rodríguez, director de Correo Farmacéutico, mostraban sus puntos de vista sobre el caso de la Gripe A y sus efectos mediáticos y los problemas que ha afrontado la industria de los medicamentos por no haber sabido desarrollar una buena estrategia de comunicación en este caso concreto, que se ha traducido en la mala imagen que la sociedad tiene del sector y que perjudica a los más de 200 laboratorios que hay en España.
Y de la comunicación de los medios de comunicación hablaba José Miguel Contreras, director general de La Sexta, contando que uno de los objetivos de esta cadena de televisión es tener una identidad clara, basada en la marca, tratando así de cambiar la tendencia de la ciudadanía que es vincularse a las televisiones a través de productos y no de marcas.
Es la crónica de un día intenso en el que la palabra comunicación, en la más amplia de sus acepciones, era el eje sobre el que se movían las intervenciones. Baste recordar otra de las ideas de Juan Manuel Cendoya -por volver al principio- con la que avisa de que “a pesar de los cantos de sirena de las nuevas tecnologías, sobre todo internet, es fundamental cuidar la comunicación que se transmite a los mass media porque ellos forman la opinión pública”.