29 Dic El teleprompter en la comunicación política en Canarias
Hasta ahora, en España, había sido un instrumento en manos de los presentadores de televisión, pero los expertos en comunicación estadounidenses (cómo no) lo han puesto de moda gracias al magnífico rendimiento que sigue obteniendo de él Barack Obama. Una poderosísima herramienta de comunicación en manos de un excelente orador, muy bien entrenado en su manejo, que le ha permitido marcar distancias con sus oponentes políticos. Algo de lo que se ha tomado buena nota en Europa y también en España y… ¿en Canarias?
Empecemos por lo primero: las presentaciones. El teleprompter, también conocido como una de las marcas que se ha especializado en su fabricación, Autocue, es un viejo conocido en los platós de informativos. Aunque dicen las leyendas televisivas que los antiguos presentadores se mostraban reacios a leer los textos reflejados sobre la propia cámara, hoy en día no hay informativo en televisión que se precie que no use este sistema. Literalmente, el presentador lee la noticia mirando fijamente a la cámara, sin necesidad de desviar la vista hacia los papeles. No es un secreto, por tanto, que los presentadores de televisión leen buena parte de lo que dicen, pero no hay más que comparar algunos informativos para comprobar que no todos manejan esta herramienta con igual pericia.
Fue John F. Kennedy uno de los primeros en ver el potencial de este artilugio aplicado a la comunicación política, así que empezó a utilizarlo en sus discursos televisados. Kennedy tenía una poderosa telegenia y una imagen atractiva que se veían reforzadas por una técnica que, sin embargo, no pudo llegar a dominar del todo. Sin duda, es el presidente estadounidense Barack Obama el político que más partido le ha sacado a este aparato en los últimos tiempos. No es en absoluto el primero en emplearlo en discursos pero sí el alumno más aventajado en su uso. Dos espejos colocados a izquierda y derecha de su atril le permiten dirigirse directamente a su público, sin necesidad de agachar la cabeza, e hilar un discurso acompasado y coherente. El orador mira a izquierda y derecha, abarcando todo su auditorio; concentrado sólo en hacer creíble su mensaje. Moviendo las manos, desplegando su lenguaje no verbal… convenciendo. Lo dicho: una poderosísima herramienta de comunicación, que en periodo electoral se convertirá en un arma determinante en manos de quien sepa manejarla.
Eso si, todo candidato debe estar preparado para no depender de este artilugio, porque en cualquier momento pueden surgir imprevistos como le ocurrió a Obama con uno de los cristales de su teleprompter.
Al carro de los nuevos tiempos ya se han subido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, aunque con desigual resultado. Parece que éste no logró hacer creíble su discurso y apareció incómodo y forzado con su uso. ¿Mejor volver a los papeles? No, mejor entrenar más con el teleprompter. En Woll sabemos que el dominio de la técnica de lectura de este aparato no se logra fácilmente. Nuestra experiencia trabajando en platós televisivos con teleprompter nos avala para poder afirmar que sólo la práctica guiada por un profesional permite un resultado creíble con este sistema. Por eso en nuestra programación de training hemos querido incluir uno especialmente diseñado para el aprendizaje de habilidades con teleprompter. Un sistema que aún no se ha comenzado a usar en la comunicación política en Canarias pero que, en nuestra opinión, debería estar ya en el punto de mira de los principales candidatos. Al fin y al cabo sólo queda un año y medio para las elecciones.